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La Religion y el Sistema Cardiovascular

La hipertensión arterial (HTA) o el enemigo silencioso como se le conoce, ha cobrado muchas vidas en el mundo, y se sitúa dentro de las 10 primeras causas de muerte en la región de las Américas para el año 2019. (https://www.paho.org/es/enlace).

La hipertensión es el principal factor de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular. Cada año ocurren 1.6 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en la región de las Américas, de las cuales alrededor de medio millón son personas menores de 70 años, lo cual se considera una muerte prematura y evitable. (https://www.paho.org/es/temas/hipertension)

La prevención de esta enfermedad y su aparición tardía está sujeta al control de los factores de riesgo de las personas como: sedentarismo, consumo de tabaco, aumento en el consumo de sal, obesidad, entre otras.

¿Cómo la Espiritualidad y la Religión influyen en la salud? Y específicamente, ¿cómo se relacionan con la hipertensión arterial?

Los diversos manuales de psicología de la religión dedican por lo menos un capítulo a describir las relaciones entre salud física y religión y espiritualidad [Ver por ejemplo: Nelson, J. M. (2009). Psychology, religion, and spirituality. Springer Science & Business Media. Paloutzian, R. F., & Park, C. L. (Eds.). (2005). Handbook of the psychology of religion and spirituality. Guilford Publications]. De igual manera en mundo académico ya circulan libros y manuales que documentan específicamente esta área de investigación. En este artículo, nos remitiremos al Handbook of Religion and Health publicado por Koenig y otros investigadores en el año 2012. Dentro de las investigaciones que se han venido adelantando durante los últimos años se han encontrado los siguientes avances:

1. Medidas fisiológicas- Hipertensión Reducida

La presión arterial alta, denominada «hipertensión» cuando supera un umbral designado, se considera un factor de riesgo de formas graves de enfermedad cardíaca, así como de enfermedades cerebrovasculares, como el accidente cerebrovascular. La evidencia empírica vincula la participación religiosa con una presión arterial más baja y una hipertensión reducida. La revisión crítica de Seeman y colegas (2003), encontró niveles «razonables» de evidencia que vincula la religión y la espiritualidad con una presión arterial más baja.  [Oman, D., & Thoresen, C. E. (2005). Do religion and spirituality influence health? Handbook of the psychology of religion and spirituality, 435-459]

2. ¿Por qué la religión puede afectar la presión arterial?

La participación de R/S está relacionada con muchos de los factores sociales, psicológicos y conductuales que aumentan o disminuyen el riesgo de hipertensión. Estos incluyen dieta y peso, ingesta de sal, ejercicio físico, consumo de alcohol, tabaquismo, estrés psicológico, ansiedad, depresión, emociones positivas, apoyo e integración social y personalidad. Ahora revisamos brevemente algunos de esos hallazgos. (Koenig et al., p. 639)

Quince estudios examinaron las relaciones entre la PA / hipertensión y algún indicador de religiosidad (escala de religiosidad, religiosidad subjetiva, escala de espiritualidad, nivel de creencias religiosas u otros indicadores de religiosidad).

Cuatro informan asociaciones inversas significativas entre R/S y PA o hipertensión (Timio et al. 2001; N. Krause, Liang, Shaw, et al. 2002; Newlin et al. 2003; Al-Kandari 2003), nueve no encontraron asociación, y dos informaron una asociación positiva significativa, una con la espiritualidad subjetiva (Buck et al. 2009) y otra con las experiencias espirituales diarias (Fitchett y Powell 2009). (Koenig et al., p.648)

3. Enfermedad cerebrovascular

Al menos nueve estudios han examinado las relaciones entre R/S o los efectos de intervenciones R/S y accidente cerebrovascular, accidente isquémico transitorio (AIT) o carótida espesor de la arteria. De ellos, cuatro (44 %) estaban relacionados con significativamente menos ECV, cuatro no encontraron asociación y uno encontró mayor grosor de la arteria carótida (pero sin diferencias en el accidente cerebrovascular o AIT). De los seis estudios con calificaciones de calidad de 7 o más, cuatro informaron asociación inversa. De los diecisiete factores modificables que se sabe que aumentan el riesgo de accidente cerebrovascular, la participación de R / S está inversamente relacionada con quince de ellos (Koenig et al., p.1086).

4. El cortisol y la presión arterial

Al menos veintinueve estudios han examinado las relaciones entre R / S y niveles de cortisol o si las intervenciones de R / S disminuyeron esos niveles. Diecinueve de esos estudios (66 %) informaron niveles más bajos de cortisol.

De manera similar, dos tercios de los estudios (cuatro de seis) que examinaron las relaciones con o efectos sobre las catecolaminas reportaron niveles reducidos. Después de combinar estudios que midieron tanto el cortisol como las catecolaminas, 23 de 31 estudios (74 %) que examinaron las funciones endocrinas encontraron una relación entre R / S y niveles más bajos de cortisol o catecolaminas o informó que una intervención R / S redujo este estrés niveles hormonales. (Koenig et al., p. 1087)